Los Rusjan de Argentina

Buenos Aires 12.09.2002

Bruno Rusjan puede ya decir de haber superado, en longevidad, su padre de veinte años, pero la historia quiere que él no superará nunca la fama del tio Eduardo, aunque este último haya muerto con apenas veinticuatro años Eduardo Rusjan pasó luego de su tragica muerte en aquel Belgrado del lejano 1911 cuando su frágil aeroplano perdió un ala, directamente al Olimpo de la leyenda como el primer aviador Sloveno de la historia, Bruno Rusjan esto lo sabe muy bien aunque hoy es Argentino, amenudo busca de llevar la conversación justamente sobre Eduardo y su papá Giuseppei, a de que para quien escribe en este momento talvez la vida de Bruno es más interesante de la de sus antepasados, de los cuales por medio de distintos historiadores se sabe practicamente todo.
Pero no esté si, mientras tanto, logramos descubrir alguna curiosidad sobre Giuseppe Rusjan, Bruno sin embargo se disculpa: dice que mucho más de lo que ya, el no nos sabrá contar, tal vez tendrá razón, pero los cazadores de datos inéditos e informaciones interesantes estan siempre atentos, la esperanza se sabe es la última a morir y muy probablemente no ha todavia “vaciado la bolsa” y tiene todavia tantas cosas para contar, a pesar de que el dice que no.
Yauna rápida mirada, apenas entrados en la casa de Bruno, dice mucho y logra enseguida captar la atención del visitador que ahi entra por la primera vez, aunque Bruno no diga que su padre fué persona que sobresalía por sus capacidades, mi primera sorpresa estaba ahí apenas pasado el umbral des ampio salón, allá arriba en el sexto piso de un edificio no muy lejos de la avenida Rivadavia, la mas larga, entre tantos retratos al oleo, uno sobrasalió en modo particular, mi primer pensamiento fué que se tratara justamente de Giuseppe Rusjan, pero podia ser también Bruno siendo el parecido entre padre e hijo, particularmente evidente justamente Bruno conformó que se trataba de él mismo; el retrato ha sido realizado por papá Giuseppe que se reveló así persona eclectica y particularmente talentosa, así es, un retrato pictórico de óptima hechura, que seguramente no haría mal papel frente a obras de maestros del pincelo fué ejecutado por un mecánico de profesión, Giuseppe Rusjan, del qual el nombre oficial era José, siendo esta mi primera visita a los Rusjan, fué obligación comenzar con Eduardo e Giuseppe, revolvimos entre viejas fotos, Pasaportes ya vencidos, fotocopias de artículos de diarios, mapas geograficos, revistas... y finalmente no hubo mas tiempo para dar un mirada a la cajita que contenía las imagines des meeting aereo del Ajdovcina y para hablar de la vida de los Rusjan de Argentina, pero para esto habrá todavia tiempo, habiendose mostrado mi interlocutor Bruno muy disponible y particularmente contento de mi visita. La puerta de su casa está para mí siempre abierta, en cualquier momento, sentenció.
Debo confesar que no estaba particularmente muy informado sobre la vida de los hermanos Rusjan, tuve que por lo tanto pasar gran parte de la visita escuchando, fuí casi desorientado cuando Bruno comenzó a sumar los parientes de Argentina; Giuseppe (Pepi) llegó alla en el lejano 1913 (solo) 3 meses después la esposa Maria Ana Jurig y dos hijos Eduardo Marino (Ado) nacido dos años antes, en 1911 año des accidente del tio Eduardo, pionero de la aviación, y Blanca nacida en 1912. La primera envenir al mundo en la Argentina fué Anita en 1913, dos años después nació Bruno, 1915, y (omitido por error) 12 años después Roberto Raul (falleció a los 21 años) como último hijo de Giuseppe Rusjan.
Giuseppe Rusjan que fué mecánico y constructor de las primeras “Maquinas voladoras” de Eduardo Rusjan. Mas tarde vinieron a la Argentina también los tios y las tias; Maria que murió muy joven, apenas con treinta y tres años al inicio de los a años treinta, no tuvo hijos pero fue esposa de un notable comerciante en pianos “Casa Breyer Hnos”. También tia Anita no tuvo hijos ni se casó nunca. Pasó el otoño de su propria vida en Rosario, cerca de la hermana Luisa (Gigia). Gigia tuvo tres hijos: Mario, hebe y Adolfo, el último. Tio Antonio (Tunin) se casó en Argentina pero no tuvo hijos.Ya, con la lista de tios y sobrinos hice una confusión terrible con los nombres, cuando sin embargo Bruno comenzó a nombrar sus proprios hijos y nietos, tuve la sensación que se estuviera repasando la guía telefonica, tuve por lo tanto que pedirle que hiciera una pausa para permitirme de “digerir” la primera parte de las informaciones recibidas para poder distinguir unca de otros y saber colocar dada uno en su propio lugar; propuse de posponer la segunda parte des árbol genealógico para la próxima ocasión. Para facilitarmelo Bruno prometió realizar también un pequeño esquema de los Rusjan de Argentina, subrayando su numero, pero no con todos hay relación de parentesco...agregó.
Aunque estuviera mas interesado en la vida de los descendientes, tuve que desistir en quanto Bruno volvía siempre al papá Giuseppe y al tio Eduardo, no es nada, me dije, todavía bien también así.
Al final de cuenta sabía de eso muy poco, hasta ese momento. A lo mejor me dira algo de inedito, algun particular hasta ahora escapado a las crónicas – me dije – fué así que, hojeando viejas fotos, improvistamente....pero a lo mejor es mejor que esto quede en el misterio.
Nó, no quiero hacer enojar nuestros lectores, digamoslo, entonces entre las fotos amarillentas por el tiempo encontramos una mostrando Eduardo en compañia de una muchacha, “Su Novia” djio Bruno, nunca enviaron esta foto a Europa? pregunte imediatamente, Bruno dijo que nó, que la cosa no es al final tan importante....”Simplemente una foto de familia, agregó. Yo no sé si esta foto ha sido publicada, en la duda la publicamos también nosotros, con la esperanza de que alguien pueda decir de quien se trata, quien es la muchacha al lado de Eduardo, en quanto a Bruno no lo ha sabido decir.
Con toda probabilidad, la muchacha de entonces no está mas con vida. Es praticamente imposible que alguien de la generación de fin del siglo diecenueve pueda haber sobrevivido hasta nuestros dias, los tios de Bruno pasaron ya a mejor vida, como también los hermanos y hermanas, Blanca, Anita, Eduardo y Roberto (que no se lo nombra por su muerte prematura a los 21 años). De los hijos de Maria y José (Pepi) Rusjan queda en vida todavia él Bruno Rusjan, que el dia 18 de Agosto 2002 festejó sus 87 años, y a propósito de Eduardo, este nombre está destinado a quedar en familia todavia por muchas años; se llaman así no solamente el hijo major de Giuseppe, sino también el nieto, también el el hijo de Eduardo.
Nos parecía que una foto que remontaba al 1935 fuera particularmente interesante. Se puede notar en ella Eduardo, hermano de Bruno, junto a Hector Peychaux, marido de Blanca, a la derecha está también Alejandro Rodriguez (Dr), marido de Anita y luego Bruno y la hermana Blanca Aloisia, Giuseppe Rusjan, la mamá Maria y Anita. Los nombres de todos los niños de la foto no los recordaba tampoco Bruno; si aquel de la izquierda tendria que ser Hector hijo de Blanca, en el centro Bubi hijo de Anita, pero el tercer niño nó, Bruno no lograba recordar de quien era. Habrá todavia tiempo para descubrirlo. Es Roberto Raul Rusjan, 5° hijo de Giuseppe. Justo en el medio de este revolver entre vjehas fotos, ahi esta el perrito que moviendo la cola hace su ingreso al salón, se trata de un “Barroncino” bien arreglado, que me lame los dedos y, constatado mi sustancial desinterés, respecto a él, desilucionado realizó la retirada. Pero no pasaron dos minutos, ahí reaparece el animalito. “Es la hora del té”, dijo Bruno viendo un cierto estupor en mis ojos, el perro no deja un solo dia de recordar cuando es la hora para dedicarse a esta noble costumbre.
Para mi en cambio era ya tiempo de despedirme y dedicarme al desenvolvimiento de otros asuntos argentinos. Saliendo no pude no notar el encanto de la esposa de Bruno, una señora hija de padres italianos, que ciertamente en su juventud podia haber atraido sobre ella las miradas de tantisimos hombres, “Que alto es” me dijo a modo de despedida, pero demadiado tarde, estaba ya golpeando con la cabeza una araña de cristal.

Marko Siekloča, del Diario Primorski Dnevnik
Traducción: Ana Berni